Moverse por diferentes niveles de un edificio puede convertirse en un desafío si dependes de un andador, pero no tiene por qué ser imposible. El uso de ascensores y escaleras con un andador se vuelve más manejable al aplicar pautas de seguridad y planificación. A continuación, encontrarás recomendaciones prácticas para desplazarte de forma segura.
1. Preparación y comprobaciones previas ante el uso de ascensores y escaleras con un andador
- Revisa el estado del andador: asegúrate de que las ruedas o conteras estén en buen estado y los frenos (si los tiene) funcionen adecuadamente.
- Evalúa tu entorno: antes de decidir si usarás ascensor, escaleras o escaleras mecánicas, valora la accesibilidad de cada opción y si te sientes cómodo con ella.
- Practica en zonas seguras: si es la primera vez que subes o bajas niveles con un andador, prueba en un lugar con menor afluencia de personas o con supervisión de un cuidador para familiarizarte con los movimientos.

2. Uso de ascensores: lo más práctico
Los ascensores brindan un método cómodo y seguro para desplazarse entre diferentes pisos, especialmente si usas un andador. Con algunos consejos adicionales, podrás aprovechar al máximo esta opción y minimizar riesgos:
Posiciónate estratégicamente
- Al entrar: colócate a un lado de la cabina para no obstruir el paso a otros usuarios. Además, así te resultará más fácil maniobrar el andador en el espacio reducido del elevador.
- Al salir: observa primero qué personas van a descender contigo; da un paso lento y asegurado para no chocar con quienes estén apurados o distraídos.
Pide ayuda si la necesitas
- Solicitar apoyo: no dudes en pedir a los pasajeros que te echen una mano para mantener la puerta abierta si te cuesta maniobrar rápidamente. Si tu andador es más amplio de lo habitual, incluso podrías requerir que otros usuarios cedan espacio para que puedas girar o alinearlo.
- Comunicación clara: unas palabras amables y directas, como “¿Podrías ayudarme a sujetar la puerta, por favor?”, facilitan la cooperación y evitan percances.
Alinea el andador correctamente
- Detención total del ascensor: espera hasta que el ascensor se haya detenido por completo y las puertas estén completamente abiertas antes de intentar salir o entrar.
- Control de ruedas: si tu andador dispone de ruedas, utiliza los frenos (si los tiene) para estabilizarlo al momento de lograr la posición adecuada dentro del ascensor. Esto evita desplazamientos involuntarios si alguien roza o empuja el andador sin intención.
Usa botones accesibles
- Usa botones accesibles: si el panel de control está al alcance de tu mano, podrás seleccionar el piso sin inclinarte. De lo contrario, pide a alguien que pulse el botón por ti; así no forzarás la postura ni comprometerás tu equilibrio.
- Revisa la señal de sobrecarga: algunos ascensores muestran un indicador de peso máximo. Asegúrate de no excederlo con el andador, especialmente si llevas objetos adicionales.
Vale la pena considerar…
- Evita horas punta: si resides en un edificio o visitas lugares con mucho tráfico de personas (hospitales, centros comerciales), planea tus subidas y bajadas en momentos menos concurridos.
- Ten en cuenta la velocidad de la puerta: algunos ascensores tienen puertas rápidas que pueden cerrarse bruscamente. Mantente atento al sensor de la puerta y, si es necesario, pide a otro usuario que la bloquee mientras terminas de salir o entrar.
Consejo: Si el edificio dispone de un ascensor adaptado o con mayor amplitud, utilízalo para mayor comodidad y estabilidad.
3. Consideraciones en escaleras fijas
Cuando el ascensor no está disponible o prefieres usar las escaleras, sigue estos pasos para mantener la estabilidad:
- Cógete al pasamanos: utiliza una mano para apoyarte y la otra para el andador o para plegarlo, según tu nivel de equilibrio.
- Avanza con calma: sube o baja un escalón a la vez, asegurándote de asentar bien tus pies o la base del andador.
- Observa el ancho de la escalera: si es demasiado estrecha, quizá necesites la ayuda de otra persona para transportar el andador mientras te apoyas en la barandilla.
Consejo: Si te sientes inseguro en una escalera con muchos escalones o desniveles irregulares, busca rutas alternativas (rampas o plataformas elevadoras) o pide la ayuda de terceras personas.
4. Escaleras mecánicas: la última opción
Aunque no se recomienda usar escaleras mecánicas con un andador, te puedes ver en la situación de no tener una opción más segura disponible. En ese caso, conviene extremar los cuidados y, siempre que sea posible, contar con un acompañante que te ayude a reducir el riesgo de accidentes.
Agárrate al pasamanos:
Mantén una mano en el pasamanos para estabilizarte y, si lo consideras necesario, solicita apoyo adicional a alguien de tu confianza. Recuerda que la escalera mecánica sigue moviéndose, por lo que un ligero desliz puede hacerte perder el equilibrio
Pliega el andador si puedes:
Pliega el andador y sujétalo con firmeza para evitar que se enganche en los peldaños. Si es un modelo con ruedas, cerciórate de orientar las ruedas en una posición fija, de manera que no se desplacen durante el trayecto. Si el andador pesa mucho o tú no estás seguro de poder sostenerlo, pide ayuda; llevarlo con poco margen de maniobra aumenta el peligro de que se caiga.
Mantente en un lado:
Lo ideal es quedarte en el lado derecho, dejando libre el izquierdo para las personas que deseen avanzar más rápido. Esto reduce sobresaltos y minimiza la posibilidad de que alguien te golpee o te obligue a cambiar de posición en un espacio reducido.
Evalúa la entrada y la salida:
La parte más delicada de usar la escalera mecánica suele ser el momento de subir y bajarse. Observa el movimiento de los peldaños antes de entrar, y cuando llegues al final, alinea tus pasos con la plataforma fija. No sueltes el pasamanos hasta que estés en suelo estable nuevamente.
Considera pedir ayuda:
Si el lugar está muy concurrido o hay prisa, busca a un responsable de la instalación o a un miembro del personal de seguridad que pueda detener la escalera mecánica por unos instantes para que abordes sin sobresaltos.
Recomendación final: Siempre que exista un ascensor, una rampa o una plataforma elevadora en el recinto, elige esa vía en lugar de la escalera mecánica. Esto reduce los riesgos y evita maniobras complicadas que pueden poner en peligro tu integridad física y la de quienes te rodean.
5. Precauciones generales en zonas de tránsito vertical
Vigila las superficies:
Los derrames o suelos mojados pueden ocasionar resbalones en áreas de ascensores o escaleras, por lo que resulta esencial observar con atención el piso antes de dar cada paso. Si detectas alguna zona húmeda o con poca textura de agarre, reduce tu velocidad y, si es posible, busca un camino alternativo. En caso de no tenerlo, procede con precaución adicional, utilizando los frenos del andador y sujetándote con mayor firmeza al pasamanos.
Revisa tu entorno:
Al acercarte a la entrada del ascensor o a la base de las escaleras, asegúrate de que no haya objetos que dificulten tu movilidad, como cubos, señales de obra, cajas u otros obstáculos. Verifica también si hay puertas estrechas o mal alineadas que puedan bloquear el paso del andador. Un pequeño análisis del entorno te permitirá anticiparte a posibles incidencias y evitar movimientos bruscos que podrían comprometer tu estabilidad.
Explora alternativas:
Muchos edificios modernos cuentan con rampas o plataformas elevadoras especialmente diseñadas para usuarios de andadores o sillas de ruedas. Si consideras que subir escaleras fijas o mecánicas es arriesgado, prioriza este tipo de instalaciones más accesibles. Además, en algunos lugares públicos, encontrarás personal dispuesto a indicarte rutas menos transitadas o ascensores amplios específicos para personas con movilidad reducida. No dudes en preguntar si tienes dudas sobre las opciones disponibles; el personal de seguridad o de recepción suele estar capacitado para orientarte.
Verifica la iluminación:
Una iluminación deficiente, especialmente en descansillos de escalera o zonas poco concurridas, puede dificultar la visión de bordillos, desniveles y objetos en el camino. Antes de avanzar, comprueba si hay interruptores al alcance o sensores de movimiento que enciendan las luces. Si sueles transitar por pasillos oscuros, considera llevar una linterna pequeña o utilizar la luz del móvil para mejorar la visibilidad.
Considera un acompañante cuando sientas inseguridad:
Si el área a transitar es extensa o las condiciones son poco favorables (como escaleras muy inclinadas, suelos mojados, etc.), solicitar la ayuda de un familiar, amigo o cuidador puede aumentar tu seguridad. Un acompañante también puede sostener el andador temporalmente mientras te sujetas a la barandilla o te ayuda a levantar el dispositivo si es necesario. Por muy independiente que seas, trabajar en equipo en estas situaciones reduce el riesgo de caídas y aumenta la confianza en cada desplazamiento.
6. Construye tu confianza: prácticas y ejercicios
Más allá de dominar el uso de ascensores y escaleras con un andador, refuerza tu estabilidad con ejercicios de equilibrio y estiramientos suaves.
- Rutina en casa: caminar con el andador por pasillos desocupados mejora la destreza en el control de giros y frenado.
- Ejercicios de piernas y tronco: fortalecer muslos y abdomen aumenta la resistencia y seguridad al subir desniveles.
- Asesoría profesional: si tienes dificultades para maniobrar o te cansas muy rápido, consulta a un fisioterapeuta para recibir un programa de fortalecimiento personalizado.

Mi nombre es Hugo Fernández, y llevo más de 20 años dedicándome al cuidado y bienestar de las personas mayores. Mi experiencia no solo proviene del ámbito profesional, sino también del personal, ya que he tenido el privilegio y la responsabilidad de cuidar a mis padres y a un tío durante años.