Moverse en exteriores puede ser una experiencia refrescante y liberadora, especialmente si se cuenta con las precauciones adecuadas. A continuación, te presentamos varias consideraciones para usar un andador al aire libre de manera segura, optimizando tu movilidad e independencia al disfrutar de espacios abiertos.
1. Reconocer superficies irregulares y ajustar el ritmo
Los baches, bordillos y pavimentos rotos son comunes en exteriores y representan un riesgo de tropiezo o caída.
- Analiza el terreno: antes de avanzar, observa el camino y decide si es mejor reducir la velocidad o cambiar de ruta.
- Regular la marcha: ve más despacio al cruzar superficies deterioradas y utiliza los frenos del andador (si los integra) para controlar la velocidad.
Tip adicional: Prioriza caminos pavimentados y áreas diseñadas para personas con movilidad reducida. Si notas demasiadas irregularidades, evalúa la posibilidad de pedir ayuda a un acompañante.
2. Clima adverso: precauciones para lluvia, nieve y hielo
Las condiciones climáticas complican el uso de un andador al aire libre.
- Accesorios antideslizantes: existen complementos para las ruedas o conteras que brindan mayor tracción y previenen resbalones sobre superficies mojadas o heladas.
- Calzado y ropa adecuados: viste calzado con suela antideslizante y ropa impermeable o abrigada según la necesidad.
- Planifica tus salidas: si el clima es variable, programa tus paseos en horarios de menor riesgo, buscando buena luz y menor probabilidad de lluvia intensa.
3. Zonas de descanso: cuándo y dónde parar
Tomar descansos es fundamental para evitar el agotamiento en trayectos largos.
- Elige áreas seguras: busca bancos públicos o zonas poco transitadas donde puedas sentarte sin obstaculizar el paso.
- Usa el asiento del andador (si lo lleva): evita superficies muy inclinadas o resbaladizas. Antes de sentarte, activa los frenos para inmovilizar el andador.
Evita zonas masificadas: si el lugar está muy concurrido, intenta moverte a una esquina o zona de menor tránsito para descansar con seguridad.
4. Equipamiento adicional al usar un andador al aire libre
Mejorar la experiencia de usar un andador al aire libre puede ser tan sencillo como incorporar accesorios clave:
- Reflectantes o luces LED: esenciales al caminar en lugares oscuros, aumentando tu visibilidad para peatones y conductores.
- Fundas impermeables o cubiertas para cesta: ideales si llevas pertenencias que no deben mojarse.
- Mango ergonómico y asiento acolchado: reemplaza o ajusta estas partes para un mayor confort.
5. Evita distracciones y mantén la seguridad personal
- Atención al camino: evita utilizar el teléfono móvil de forma prolongada al andar, para mantener la mirada en el trayecto.
- Mantén tu teléfono a mano: en caso de necesitar ayuda, contar con un dispositivo para llamar o enviar mensajes te aportará mayor tranquilidad.
- Conoce tus límites: si el terreno parece peligroso o el clima empeora, valora posponer la salida o llevar un acompañante.
6. Consejos finales para usar un andador al aire libre
- Práctica inicial en zonas menos concurridas: familiarízate con el andador, ajustando la altura y probando los frenos en sitios abiertos y con poca gente.
- Inspecciona su estado: revisa regularmente ruedas, patas, frenos y cualquier elemento que pueda desgastarse.
- Apoyo profesional: si tienes dudas sobre tu modo de caminar o necesitas orientación con ejercicios de equilibrio, consulta a un fisioterapeuta.
Moverse al aire libre con un andador puede ser gratificante y seguro al tomar las precauciones adecuadas. Adapta tu ritmo a las condiciones del entorno, mantén una postura correcta y aprovecha cada salida para disfrutar al aire libre. Con una buena planificación y utilizando accesorios apropiados, podrás conservar tu independencia y cuidar tu bienestar en cada tramo del recorrido.
Mi nombre es Hugo Fernández, y llevo más de 20 años dedicándome al cuidado y bienestar de las personas mayores. Mi experiencia no solo proviene del ámbito profesional, sino también del personal, ya que he tenido el privilegio y la responsabilidad de cuidar a mis padres y a un tío durante años.