6 mitos comunes sobre el uso de andadores en personas mayores

Es una evidencia que la población envejece y por ello es cada vez más común observar a personas mayores utilizando diversos medios para mantener su movilidad. Entre ellos, los andadores se han convertido en una herramienta esencial para muchos. Sin embargo, a menudo existen ideas erróneas y temores infundados que rodean su uso, lo que puede llevar a que algunos adultos mayores se resistan a adoptarlos, incluso cuando podrían beneficiarse enormemente. Hoy, basándome en mi experiencia como experto en movilidad y cuidado de personas mayores, quiero hablarte acerca de los 6 mitos comunes sobre el uso de andadores en personas mayores y desmentirlos, para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu bienestar.

6 mitos uso andadores

Mito 1: Usar un andador significa que he perdido mi independencia y me estoy volviendo viejo.

Una creencia extendida es que la necesidad de un andador marca el inicio del declive, una señal inequívoca de pérdida de independencia y el advenimiento de la vejez. De hecho este es, de los 6 mitos sobre le uso de andadores, el que más arraigo presenta. Esta idea puede generar sentimientos de vergüenza o incomodidad, ya que se percibe como una admisión de incapacidad. Esta perspectiva tiene sus raíces en la forma en que la sociedad a menudo asocia el envejecimiento con la fragilidad y la dependencia. El temor a ser visto como menos capaz o como una carga para los demás es un factor significativo. Además, la imagen tradicional de un andador básico, de apariencia médica y poco atractiva, puede reforzar esta asociación negativa con la enfermedad y el deterioro.

Sin embargo, la realidad es que, en muchos casos, un andador puede ser precisamente la herramienta que permite mantener e incluso aumentar la independencia. Al proporcionar una base de apoyo estable, un andador ofrece a las personas mayores la seguridad para moverse con mayor confianza, lo que a su vez les permite continuar realizando actividades cotidianas como cocinar, ir de compras o socializar con amigos y familiares sin depender constantemente de la ayuda de otros.

Tomemos el ejemplo de Doña Elena, una vecina que siempre disfrutó de sus paseos por el barrio. Cuando empezó a sentir inseguridad al caminar, se limitó a quedarse en casa. Fue gracias a un andador ligero y moderno que pudo retomar sus caminatas diarias, reencontrándose con sus amigas y disfrutando del aire libre. Su andador no la hizo sentir vieja; al contrario, le devolvió la libertad de seguir viviendo su vida a su manera. Es importante recordar que el diseño de los andadores ha evolucionado considerablemente. Hoy en día, existen modelos elegantes, ligeros y con diversas funcionalidades, lejos de la imagen del dispositivo médico tradicional. Algunos incluso vienen con asientos y cestas, lo que facilita aún más la autonomía en las actividades diarias.

Mito 2: Si empiezo a usar un andador, mis músculos se debilitarán y me volveré más dependiente de él.

Otro temor común es que el uso de un andador pueda llevar a una mayor debilidad muscular, ya que se cree que la dependencia del dispositivo para el soporte disminuirá la necesidad de usar las propias piernas, lo que a su vez aumentará la dependencia del andador a largo plazo. Esta preocupación surge de una posible malinterpretación de cómo funcionan los andadores. Algunos podrían pensar que el andador asume por completo la función de los músculos, lo que conduciría a su atrofia por falta de uso.

Sin embargo, es importante entender que, si bien un andador proporciona apoyo, no implica que los músculos dejen de trabajar. De hecho, al ofrecer estabilidad y reducir el miedo a las caídas, los andadores suelen animar a las personas mayores a mantenerse más activas durante períodos más largos. Esta mayor actividad puede ayudar a mantener la fuerza muscular y prevenir un mayor debilitamiento. Además, la fisioterapia juega un papel crucial en el proceso de adaptación al andador. Los terapeutas pueden diseñar programas de ejercicios específicos para fortalecer los músculos de las piernas y mejorar el equilibrio mientras se utiliza el andador de forma segura. A menudo con el objetivo de reducir gradualmente la dependencia del dispositivo.

Un ejemplo de esto es Don Luis, quien después de una cirugía de rodilla dudaba en moverse por temor a debilitar aún más su pierna. Su fisioterapeuta le explicó que el andador era una herramienta para facilitarle el movimiento y permitirle realizar los ejercicios de rehabilitación necesarios. Con el tiempo, gracias al andador y a la terapia, Don Luis recuperó su movilidad. Si bien es cierto que la inactividad prolongada podría llevar a la atrofia muscular, el uso adecuado del andador para facilitar el movimiento seguro y el ejercicio es fundamental para evitarlo.

Mito 3: Los andadores son todos iguales: aparatos ortopédicos, feos y difíciles de manejar.

Una percepción común es que todos los andadores son dispositivos médicos básicos, de apariencia poco atractiva y difíciles de usar, especialmente en los espacios limitados del hogar. Esta idea suele basarse en la imagen de modelos antiguos o en la asociación con entornos hospitalarios.

Sin embargo, el mercado actual ofrece una amplia gama de tipos de andadores, cada uno diseñado para satisfacer diferentes necesidades y preferencias. Desde andadores estándar sin ruedas, que ofrecen la máxima estabilidad para quienes necesitan soportar peso, hasta andadores con dos ruedas delanteras que facilitan el movimiento sin necesidad de levantar completamente el dispositivo. También existen los rollators de tres y cuatro ruedas, que a menudo vienen equipados con frenos, asiento y cesta, ideales para quienes buscan mayor movilidad y la posibilidad de descansar durante sus paseos. Muchos modelos modernos están fabricados con materiales ligeros como el aluminio, lo que los hace fáciles de maniobrar tanto en interiores como en exteriores. Incluso en términos de estética, los andadores han evolucionado, ofreciendo opciones en diversos colores y diseños que se alejan de la apariencia puramente médica.

Mito 4: Usar un andador me hará más propenso a caerme.

Existe la preocupación de que los andadores puedan ser inestables o que se pueda tropezar con ellos, lo que llevaría a un mayor riesgo de caídas en lugar de prevenirlas. Este temor puede surgir de la falta de familiaridad con el dispositivo o de haber presenciado un uso incorrecto. También existe la idea de que los andadores con ruedas podrían rodar sin control. Este es uno de los 6 mitos sobre el uso de andadores más extendido.

Sin embargo, cuando un andador se ajusta correctamente a la altura de la persona y se utiliza de manera adecuada, proporciona una base de apoyo más amplia y estable, lo que reduce significativamente el riesgo de caídas para quienes tienen problemas de equilibrio o debilidad en las piernas. La altura correcta del andador es fundamental, permitiendo al usuario mantenerse erguido con una ligera flexión en los codos. La técnica correcta al caminar implica dar pasos pequeños y controlados, mirando hacia adelante y asegurándose de que todas las ruedas o puntas estén firmemente en el suelo antes de avanzar.

Además, muchos andadores con ruedas están equipados con frenos que ofrecen un control adicional y evitan el rodamiento inesperado, especialmente en terrenos inclinados o al levantarse y sentarse.

Es importante recordar que el uso inadecuado sí puede aumentar el riesgo de caídas, por lo que buscar la orientación de profesionales de la salud sobre cómo utilizar un andador de manera segura y efectiva es fundamental.

Mito 5: Necesitar un andador significa que ya no puedo salir de casa ni disfrutar de mis actividades.

Algunos adultos mayores creen que el uso de un andador los confinará a sus hogares, impidiéndoles participar en sus actividades sociales, aficiones y recados habituales. Esta idea a menudo surge de la asociación de los problemas de movilidad con el aislamiento. O del temor a moverse en espacios públicos con un andador.

Sin embargo, es importante destacar que los andadores pueden ser precisamente la herramienta que permite a las personas mayores salir y participar en la vida con mayor confianza y seguridad. Facilitan las visitas a familiares y amigos, los viajes a la tienda, la asistencia a eventos sociales y el disfrute de los espacios al aire libre.

Incluso existen andadores diseñados específicamente para su uso en exteriores que se pueden manejar en diversos terrenos, como pavimentos irregulares o caminos de grava. Planificar rutas accesibles, ser consciente del entorno y no dudar en pedir ayuda cuando sea necesario son consejos prácticos para usar un andador en público.

Mito 6: Adaptar mi casa para usar un andador es demasiado complicado y costoso.

Algunos adultos mayores pueden preocuparse de que hacer su hogar seguro y accesible para el uso de un andador requerirá renovaciones extensas y costosas, causando una interrupción significativa y una carga financiera.

Este temor podría surgir de la falta de conciencia sobre las modificaciones simples y asequibles que pueden marcar una gran diferencia o de sobreestimar la magnitud de los cambios necesarios.

Sin embargo, a menudo no son necesarias reformas importantes. Se pueden realizar ajustes sencillos y económicos para mejorar la seguridad y la facilidad de movimiento para los usuarios de andadores. Esto incluye:

  • eliminar obstáculos de los pasillos y habitaciones para garantizar vías despejadas,
  • asegurar o retirar alfombras sueltas que puedan provocar tropiezos y caídas,
  • garantizar una iluminación adecuada en toda la casa, especialmente en pasillos y baños,
  • reorganizar los muebles para crear pasillos más anchos y accesibles y
  • considerar la instalación de barras de apoyo en áreas clave como el baño para facilitar las transiciones.

Superando las dudas: Los beneficios reales de incorporar un andador en tu vida

Más allá de desmentir los mitos, es fundamental reconocer los numerosos beneficios que el uso de un andador puede aportar a la vida de las personas mayores. Estos incluyen una mayor estabilidad y un menor riesgo de caídas, lo que a su vez genera mayor seguridad y confianza. Los andadores también mejoran la movilidad y la independencia, permitiendo continuar con las actividades diarias y las aficiones . Esta mayor confianza en el movimiento fomenta la participación social y un estilo de vida activo. Además, el uso de un andador puede contribuir a mantener o incluso mejorar la salud física a través de una mayor actividad y ejercicio. Esto, a su vez, tiene un impacto positivo en el bienestar mental al reducir el miedo a las caídas y facilitar la interacción social.

Consejos prácticos para sentirse cómodo y seguro al empezar a usar un andador.

Para aquellos que son nuevos en el uso de un andador, aquí hay algunos consejos prácticos para facilitar la transición:

  • comienza utilizando el andador en las áreas familiares y cómodas de tu hogar para ganar confianza
  • practica el caminar con el andador con un amigo, familiar o cuidador presente para obtener apoyo y ánimo inicial
  • busca la orientación de un médico, fisioterapeuta o terapeuta ocupacional sobre cómo ajustar correctamente el andador a tu altura y aprender la técnica de marcha adecuada
  • concéntrate en la nueva libertad y la mayor seguridad que te proporciona el andador, en lugar de pensar en cualquier limitación percibida
  • considera personalizar tu andador con accesorios como una cesta o una bolsa para hacerlo más conveniente y sentirlo más propio
  • recuerda ser paciente contigo mismo, ya que lleva tiempo acostumbrarse a usar un andador.

Conclusión

En resumen, muchas de las creencias comunes sobre los andadores para personas mayores son simplemente mitos que pueden desmentirse fácilmente con información precisa. Los andadores ofrecen beneficios significativos para mejorar la seguridad, mantener la independencia y mejorar la calidad de vida en general. Al superar cualquier percepción negativa o duda, las personas mayores pueden ver los andadores como una herramienta valiosa que les permite seguir viviendo vidas activas, plenas e independientes. Recuerda, un andador no es un símbolo de limitación, sino una llave para seguir disfrutando de la vida al máximo. ¡Anímate a dar el paso hacia una mayor seguridad e independencia!. Recuerda que ¡cada paso cuenta!.

cadapasocuenta.org
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